En el Trabajo del Cuarto Camino nos enseñan que no somos conscientes ni nos recordamos a nosotros mismos. El Trabajo dice que la principal dificultad que se opone a que la humanidad o uno mismo llegue a una etapa superior se debe a la ausencia de conciencia. Nos imaginamos ser plenamente conscientes y que todo cuanto hacemos y sentimos y pensamos es un proceso consciente. No obstante, el Trabajo dice que el Hombre está dormido y que la gente dormida nunca puede lograr un mejor orden de cosas. Ese estado de sueño caracteriza nuestro nivel de Ser, y nos dicen que lo primero que es preciso estudiar en uno mismo es dicho estado de sueño. Y ese estado de sueño que define desde un ángulo nuestro nivel de Ser atrae inevitablemente la vida perteneciente a ese nivel de Ser, cuyo resultado vemos en el mundo de hoy día. Si las gentes fueran un poco más conscientes todo el estado de la vida exterior se alteraría y lo que cada uno cree debiera hacerse en nombre del sentido común podría llevarse a cabo. Como es sabido, en este Trabajo se hace mucho hincapié en el factor llamado conciencia. El Trabajo no se funda en la fe ni en la esperanza ni en el amor sino en la conciencia. En el Trabajo la conciencia es llamada luz. Por ejemplo, si permanezco en mi estado de conciencia ordinaria que en realidad es un estado de sueño, mi nivel de Ser atraerá lo que le pertenece. En pequeña escala algunas personas son más conscientes y otras menos. Un hombre de Ser bajo, un hombre sin rastros de observación de sí, si está en el poder, atraerá todo lo que pertenece a su nivel de Ser. Esta noche les hablaré otra vez sobre el Recuerdo de Sí y lo que el Trabajo enseña respecto a cómo podemos cambiar nuestro propio nivel de Ser. Como saben ustedes este Trabajo nos enseña a llegar a ser más conscientes de nosotros mismos y esto empieza con cierta forma de observación de sí. Nos dice que es preciso observarse a sí mismo según ciertas líneas muy definidas y que todos deberían conocer. Ahora bien, el Recuerdo de Sí es un acto que puede ser dirigido hacia lo que se quiera. Por ejemplo, una persona suele recordar su propia desdicha y mantenerla en primer plano. El Trabajo lo denomina Recuerdo de Sí negativo. Este no es en rigor un acto consciente, como debe llegar a serlo eventualmente el Recuerdo de Sí, sino que es un Recuerdo de Sí mecánico. Consideren, por ejemplo, sus diferentes formas de cargos internos que ha hecho en el pasado —esto es, lo que cree que las otras personas le deben— todos los incidentes en los cuales siente que no se le ofreció una buena oportunidad.
Mantener todo esto en primer plano es un exacto ejemplo de Recuerdo de Sí negativo. ¿Qué sí está recordado en tal caso —o qué sí es—? Está recordando síes o "Yoes" negativos. Esto es, en realidad no se recuerda a sí mismo en el sentido-Trabajo, sino que recuerda muy fácilmente ciertos síes en usted y esos síes están en los lados negativos de los centros. Las gentes sienten que no son buenas. Este es un Recuerdo de Sí negativo y no lleva a ningún lado. El verdadero Recuerdo de Sí radica en recordar algo que no se es, si me permiten esta paradoja. Todo Recuerdo de Sí verdadero empieza con algo que tiene que ver con el Trabajo. Por ejemplo, se dice que cuando una persona se recuerda a sí misma, es preciso que recuerde al mismo tiempo su propósito. El propósito debe estar siempre conectado con algo que se refiera a las ideas del Trabajo y para hacerse tal propósito debe tener ya una considerable experiencia de la observación de sí desde los diferentes ángulos del Trabajo. Cuando una persona se hace un propósito que es un resultado definido de la observación de sí, digamos, que es siempre negativa en relación con alguna u otra cosa en el pasado o en el presente o en ambos, entonces logra el verdadero propósito-Trabajo de no expresar esa emoción negativa exteriormente y con el tiempo no identificarse con ella internamente en sus centros Intelectual y Emocional. Esto forma en dicha persona lo que es llamado el Mayordomo Delegado —es decir, coloca algunos "Yoes" que ya comprenden de qué trata el Trabajo a cargo de sí mismo de tal modo que aunque se olvide constantemente a sí —caiga en el sueño— recuerde que algo no anda bien en su estado interior. Con el tiempo el Mayordomo se presentará.
El Mayordomo está en un nivel mucho más elevado que el Mayordomo Delegado y viene de lo alto y nos ayuda. Y por encima del Mayordomo está el "Yo" Real. Si pudiéramos ponernos en contacto directamente con el "Yo" Real sin tener que pagar todo lo necesario para ese desarrollo interior, entonces seríamos capaces de recordarnos a nosotros mismos en el sentido de Trabajo. Pero tenemos que partir de donde estamos y, gradualmente, mediante un proceso de separación interior y de selección, aprender a no dejarse llevar por ciertos "Yoes" y preferir otros "Yoes" diferentes que están en un nivel ligeramente más alto en nuestro ser ordinario. Pero el Recuerdo de Sí negativo es una de las mayores dificultades y un obstáculo en el camino que conduce a cualquier crecimiento ulterior. Es muy fácil sentir que no se es bueno, que no se comprende nada, que no se realiza progreso alguno. Es muy fácil' ceder a esos "Yoes" que dicen "si no fuera por esto" o "si no fuera por aquello". Todo esto es Recuerdo de Sí negativo del cual es preciso finalmente separarse. De hecho, nos sorprende mucho que lo que creíamos era sincera humildad no lo es en absoluto y que no es sino un artificio que surge de la Falsa Personalidad —es decir, es una forma de vanidad o de orgullo de sí.
Ya han oído decir que la única cosa que podemos sacrificar es nuestro sufrimiento.¿Qué significa el sacrificio? Sacrificio quiere decir originariamente santificar. ¿Significa ello que es preciso que nuestro sufrimiento sea santo? No, su significado es mucho más hondo. Mientras siga identificándome con mi sufrimiento, mientras siga atribuyéndolo a mí mismo, seguiré identificándome con él. Ahora bien, santificar significaba originariamente que se había renunciado a toda conexión personal. Pertenecía entonces a Dios. Si prefieren pueden sustituir la palabra "santo" por la palabra "consciente". No se llega a ser consciente de una cosa en uno mismo mientras se está identificado con ella. Tener realmente conciencia de una cosa en uno mismo es no estar más identificado con ella, no ser más ella. Si tengo conciencia de las formas mecánicas de mi sufrimiento y de mis cargos internos y de mis estados negativos, ya no son más yo. Me desprendo de ellos, los dejo partir, por así decirlo, ya no me siento a mí mismo por medio de ellos. De resultas de ello, el sentimiento de mi mismo se transformará. Este acto permite obrar a la transformación y todo lo que es verdadero en su sufrimiento lo encontrará en un nivel superior completamente transformado en otra cosa, pero mientras permanezca atado a su sufrimiento y se sienta realmente a sí mismo a través de su sufrimiento —de hecho, sienta su propia importancia de este modo— no puede esperar transformación alguna. Como dije hace mucho tiempo, se asemeja a estar de pie sobre un tablón y tratar de levantarlo. Es preciso estar fuera, y entonces no cuesta nada levantarlo. Cada vez que nos recordamos a nosotros mismos en un sentido mecánico recordando nuestras desdichas y sufrimiento, nos parecemos a la mujer de Lot. Miramos hacia donde no se debe mirar, miramos el pasado y luego nos nutrimos con toda clase de desdichadas memorias que están grabadas en los rollos en las partes negativas de los centros. Hemos de recordar que ahora estamos en el Trabajo. Esta es en rigor una verdadera forma de Recuerdo de Sí. Es menester que una persona negativa aprenda por medio de una observación de sí personal a no recordar sus cargos y a no dejarse arrastrar por los pequeños "Yoes" negativos, diseminados por el suelo como agudos pinchos y que sólo abren las antiguas heridas. G. dijo en una oportunidad: "Tenemos que aprender a caminar.
Para poder caminar es preciso tener buen calzado. Y agregó que tenía cuero para vender con el cual se podía fabricar buen calzado, pero que todos tenían que confeccionar su propio calzado con el cuero que G. ofrecía en venta. Debemos comprender, desde luego, que se refería al andar por uno mismo evitando los lugares peligrosos. Luego podemos andar por la vida sin que nos trastornen y nos hieran todos los cambiantes eventos que nos llegan de todas direcciones. La hemos dicho bastante para mostrar que el Recuerdo de Sí no significa siempre recordar el sí negativo. A este respecto les daré una definición de la consideración externa y de su significado. Se dijo en los primeros Grupos, en cierta oportunidad, que la consideración externa significaba olvidarse a uno mismo y pensar en lo que necesitan los otros, y se agregaba que de esta manera se logran dos resultados. El primero es que uno puede ayudar, y el segundo es que se puede obtener ayuda. Pero si piensa realmente sobre esta cuestión, verá que, todo verdadero Recuerdo de Sí es simplemente olvidarse de sí, olvidarse del sí ordinario, de los comunes "Yoes" negativos, de las formas ordinarias de consideración interna, y todo el resto, y tener la certeza de que otro estado de sí existe encima de todo ese tumulto personal que tiene lugar a todo el largo del día en cada uno de ustedes, con el cual sigue identificándose, y cuando el Trabajo dice que tenemos un "Yo" Real por encima de nosotros debe comprender que ese acto, por así decir, de separarse de la Falsa
Personalidad, deliberadamente y todos los días, está designado para que podamos ponemos en contacto con las primeras huellas del "Yo" Real que ya está allí y que es nuestra verdadera meta.
Conócete a ti mismo mediante la auto- observación