de Gerardo Sánchez H. Apr:. M:.
En este trabajo, haremos breve referencia a algunos antecedentes, su simbolismo según materiales escritos por Maestros y mis propias reflexiones y sentimientos al respecto.
La primera referencia es que el templo Masónico toma como modelo y reproduce muchos de los aspectos físicos y simbólicos del templo del rey Salomón. Ambos contienen elementos que en su todo representan al universo.
Es importante destacar que aparte de la existencia de los templos permanentes como el del rey Salomón, durante siglos los masones operativos se reunieron en cada lugar que podían hacerlo, a veces hasta en espacios abiertos, y los símbolos que se usaran en esas logias debían desaparecer una vez finalizados los trabajos.
El hermano Ladislav de Malczovich en un trazado del año 1892, con el título
“Esquema de la temprana historia de la Masonería en Austria y Hungría”, describe así el proceso que culminará en los templos como los conocemos hoy:
“La sala donde los hermanos de Austria y Hungría se reunían en aquella época (se refería a la medianía del siglo XVIII) no era adornada por ningún símbolo. En cualquier sala que se pudiera reunir la logia, se dibujaba con tiza o carbón un rectángulo en el piso, dentro del cual todos los miembros tomaban su lugar. Años después, dibujaban un rectángulo más chico, alrededor del cual se reunían los hermanos. Más adelante, se inició la costumbre de esparcir arena en este rectángulo e inscribir símbolos temporarios y finalmente se pusieron de moda los cuadros del Grado dibujados y pintados”.
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En este trabajo, haremos breve referencia a algunos antecedentes, su simbolismo según materiales escritos por Maestros y mis propias reflexiones y sentimientos al respecto.
La primera referencia es que el templo Masónico toma como modelo y reproduce muchos de los aspectos físicos y simbólicos del templo del rey Salomón. Ambos contienen elementos que en su todo representan al universo.
Es importante destacar que aparte de la existencia de los templos permanentes como el del rey Salomón, durante siglos los masones operativos se reunieron en cada lugar que podían hacerlo, a veces hasta en espacios abiertos, y los símbolos que se usaran en esas logias debían desaparecer una vez finalizados los trabajos.
El hermano Ladislav de Malczovich en un trazado del año 1892, con el título
“Esquema de la temprana historia de la Masonería en Austria y Hungría”, describe así el proceso que culminará en los templos como los conocemos hoy:
“La sala donde los hermanos de Austria y Hungría se reunían en aquella época (se refería a la medianía del siglo XVIII) no era adornada por ningún símbolo. En cualquier sala que se pudiera reunir la logia, se dibujaba con tiza o carbón un rectángulo en el piso, dentro del cual todos los miembros tomaban su lugar. Años después, dibujaban un rectángulo más chico, alrededor del cual se reunían los hermanos. Más adelante, se inició la costumbre de esparcir arena en este rectángulo e inscribir símbolos temporarios y finalmente se pusieron de moda los cuadros del Grado dibujados y pintados”.
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