diciembre 29, 2009

LIBERTAD

Por Juan Eduardo Galleguillos M.
Libertad, Igualdad y Fraternidad son las máximas que la Masonería Universal ha heredado de los franceses, éstas forman parte de su patrimonio desde la Revolución. Eran sin duda un grito ahogado de las clases sociales más desmejoradas y oprimidas que clamaban por sus derechos. Sin embargo no cabe duda que desde los tiempos de la masonería operativa, estas máximas se hacen coherentes con el quehacer masónico, y han sido adoptadas lejos del tinte político que pudieran haber tenido en la sociedad profana de aquellos días e incluso de los días presentes.Dentro de esta trilogía, la libertad es un concepto muy amplio y se le han dado numerosas interpretaciones filosóficas. Se suele considerar que la palabra libertad designa la facultad del ser humano que le permite decidir llevar a cabo o no, una determinada acción según su inteligencia o voluntad o, para elegir la forma de hacerlo. También Libertad se aplica a la condición o situación del que no es esclavo, no está preso o no está sometido. La primera representación escrita del concepto "libertad" se cree que es la palabra cuneiforme sumeria Ama-gi. Traducido literalmente, significa "volver a la madre".En castellano la palabra libertad proviene del latín libertas, libertatis. Como curiosidad, la palabra inglesa para libertad, “freedom”, proviene de una raíz indoeuropea que significa "amar"; la palabra de la misma lengua para decir miedo, “afraid”, viene de la misma raíz.
Libre y de buenas costumbres es la condición que se le pide a los postulantes a la Iniciación en la francmasonería, libre de vicios y de malos hábitos que los encadenen a ellos, libre para su elección respecto del camino que pretende iniciar, libre de ataduras para asumir los compromisos que jurará cumplir, libre para decidir soberanamente morir a su estado profano y nacer a una nueva condición.Según la definición de nuestro R:. de I:. es “la facultad de obrar o no, según el dictamen de la voluntad. Es para cada uno el derecho de hacer todo aquello que no es contrario a la Ley, a la moral y a la libertad de los demás”.
La libertad es un bien de uso individual o colectivo, que termina donde empieza la libertad de mis semejantes. Esto es, soy libre de hacer, pensar o hablar, mientras no interfiera en la libertad de otro ser humano, el cual es tan libre y con las mismas restricciones que las mías. Esto define la diferencia entre libertad, liberalismo y libertinaje. También podemos dividir la libertad como de acción y de pensamiento, y aun cuando no son independientes una en cuanto la otra, parecen estar disociadas en la conducta humana.
Son las Leyes Supremas las que rigen el universo en su perfecta armonía, por ello el hombre, en su permanente búsqueda de la felicidad, dicta leyes, para poder o al menos intentar, vivir en armonía y equilibrio. Somos libres dentro de ciertos márgenes de conducta, socialmente aprobados o aceptados, esto es, somos libres para conducirnos dentro de un marco social, jurídico y moral designado por determinado grupo social. Esto se aplica de igual forma en la Masonería, somos libres de actuar en tanto lo hagamos de acuerdo con las leyes, ritos, usos y costumbres del ámbito masónico en el cual nos desempeñamos.
Sin embargo el ser humano interviene a diario y repetidamente en la libertad de los otros, en aras de su propia libertad. Asesinatos, robos, muertes, guerras, sometimiento, productos del odio, la mentira, el egoísmo, la envidia, la altanería, la indiferencia y otros tantos vicios, son algunas de las atrocidades cometidas por el hombre día a día, siglo tras siglo, desde sus comienzos y hasta hoy. Estas barbaries efectuadas por seres “despiertos”, son aprobadas, financiadas y convivimos con ellas a diario, como seres “conscientes”, aún sabiendo en nuestro interior, que son absolutamente negativas para todos y cada uno de nosotros mismos, entonces, es verdad que estamos despiertos o conscientes?, o en realidad estamos permanentemente dormidos?...Vivimos identificados con lo que nos rodea y ello alimenta nuestras pasiones y deseos. Que la derecha o la izquierda, que Bach o Led Zeppelín, reggeaton o clásico, la patria, el idioma, la riqueza, el poder, lo mío, la sociedad toda vive alimentada en ese esquema, el resultado es el hombre común, el profano.
En masonería sabemos que los profanos viven en el mundo de la ilusión, desde ahí venimos. El camino masónico nos debiera llevar hacia la Luz de Oriente. Esto de despertar desde la ilusión hacia la realidad, hacia la Verdad, este paso de lo exotérico o público a lo esotérico o iniciático, nos sugiere sin duda que estuvimos dormidos en forma permanente, por cierto no dormidos en el término fisiológico, sino en el relativo al estado de consciencia, pues estar dormidos, se entiende en este caso, como estar en un estado de consciencia inferior al necesario. Pero, porque estamos en este estado de inconsciencia o subconsciencia?, simplemente porque creemos estar despiertos, pura ilusión. Esto ubica a la masonería, como una institución que ayuda a despertar al ser humano, siempre que éste alcance un estado de consciencia superior que lo hará libre en sus pensamientos y actuaciones.
La libertad es una facultad del Alma, se le llama el Libre Albedrío, es el soberano derecho de elegir por nuestra propia voluntad. La Masonería nos entrega las herramientas que nos ayudarán a auto-rescatarnos, a auto-despertarnos para acceder como corresponde al uso del verdadero Libre Albedrío. Por ello, para iniciarnos en estos misterios y privilegios, nos pide simplemente, ser libres, de buenas costumbres y venir por nuestra propia voluntad. Luego comienza el largo camino de la toma de consciencia que nos hará algún día realmente libres. Primero debemos saber de donde venimos y quienes somos, solo así podremos saber, realmente a donde vamos.Así comenzamos a caminar, con libertad por el sendero del Apr:., primero despojados de nuestros metales, y su brillo ilusorio, luego enterrados en nuestro propio interior para morir al estado inicial, posteriormente purificados y vueltos a nacer, en busca de nuestras propias respuestas que solo llegan con el estudio y el trabajo individual. Esas respuestas que son tan libres en sí mismas, que no pueden ser aprendidas ni enseñadas, sino solo comprendidas en el seno íntimo e interior de cada uno, cuando comencemos a vislumbrar por nosotros mismos, una Luz al final del túnel.En el Primer Grado, al tratar de responder la primera de las tres incógnitas clásicas de la humanidad, “de donde venimos”, es aconsejable leer y leer, libres de prejuicios de todo tipo. Así, nuevos conocimientos permearán nuestro intelecto, lo que se traducirá en una mayor libertad y objetividad en la conclusión a la interrogante. Paralelamente debemos trabajar desbastando nuestra Piedra Bruta, tratando de conocernos a nosotros mismos, día tras día. Necesitamos aprender a escuchar nuestras voces interiores, dominar nuestras pasiones y deseos, debemos actuar con bondad, sin que ello signifique autosatisfacción del ego, debemos llegar a controlar nuestros múltiples yoes que se manifiestan según ellos quieren, cuando ellos quieren y no según nuestra determinación o voluntad, debemos aprender a controlar nuestra mente y nuestros pensamientos, que por naturaleza vuelan cuando y donde ellos quieren, debemos aprender a tener el control de nosotros mismos, comprender y desarrollar el concepto de voluntad, para comenzar a ser realmente libres, y para ello debemos primero, conocernos a nosotros mismos. No es libre el que es manejado por sus pasiones, el que es gobernado por sus deseos y su necesidad imperiosa de satisfacción. No es libre aunque lo crea, aquel que cree estar despierto y hasta ronca de tan dormido.
La verdadera libertad se puede alcanzar en la masonería, pero es un asunto individual, hay muchos hombres de mandil que siguen siendo profanos, como también hay masones sin mandil. Es su conducta frente a la vida la que los identifica y diferencia, más allá de nuestra simbólica vestimenta. Seremos realmente libres de elegir, siempre y cuando tengamos un nivel de consciencia que nos permita, escuchar las voces del alma, para que, a voluntad, podamos conducir nuestras mentes y actos con verdadera libertad. De esa forma sabremos donde vamos.
Por ello, debemos desde el primer día en la masonería, empezar a hacer propias, las enseñanzas ocultas en el simbolismo. Debemos tratar de descifrar la clave que descorre el velo que nos oculta la realidad de las cosas, y tratar de dejar de ver y pensar en lo externo o exotérico de las cosas, para convertirnos en operativos de las virtudes que convierten en despierto o consciente al ser humano, sumergiéndonos en el verdadero esoterismo de la francmasonería que nos conduce a la Verdad, el real contenido interior de las enseñanzas masónicas. Con la comprensión de ello, podremos conseguir, la tan ansiada libertad o libre albedrío en su mejor expresión. Esta es la imagen permanente de la dualidad interior, que solo se resuelve en nuestra comprensión, producto del raciocinio y del desarrollo de nuestra voluntad, así juntos, mazo y cincel, darán los certeros golpes que nos quitarán las aristas que nos impiden vivir en libertad.