mayo 30, 2008

PORQUE EL CONOCIMIENTO ES PODER

Por RALPH M. LEWIS, F.R.C.
Enviado por el Q:.H:. Q.N.E.

Todos estamos familiarizados con aquél viejo proverbio que reza: "el conocimiento es poder". Con tanta prodigalidad se ha usado en la literatura esotérica que, en verdad, ya se ha vuelto una frase muy trillada.
El origen de la expresión "El Conocimiento es Poder" se pierde en la antigüedad. Podemos, sin embargo, presumir que tuvo un principio romántico. Por ejemplo, la tradición nos relata que la advertencia "Conócete a ti mismo" estaba inscrita en la parte superior a la entrada de la gruta del Oráculo de Apolo, en la antigua Delfos. Tal vez la frase "Conocimiento es Poder" es, así mismo, la aserción de algún sabio ya olvidado que supo comprender su significado total.

Más allá del uso superficial de este término hay un significado muy hondo. Pero será necesario que primero definamos lo que se quiere decir con el poder que puede proveer el conocimiento. Pensaremos, acerca del poder, en el mismo sentido en que lo hacen los físicos. Ellos hacen distinción entre poder y trabajo. Definen el trabajo como una labor cumplida, como el hecho de ejecutar algo. Si levantamos, por ejemplo, cincuenta kilos a una altura de dos metros, eso constituye en sí un trabajo realizado.
El número de veces que tal peso se levanta es la cantidad de trabajo que se ha hecho. La velocidad desarrollada en tal trabajo sea, el tiempo que se emplea en levantar los cincuenta kilos y la repetición de esto cierto número de veces, constituye el poder o energía que se ha aplicado. En física, por lo tanto, poder equivale al tiempo necesario para completar cierto trabajo. La extensión del poder personal se determina por el tiempo que cada uno emplea en ejecutar un trabajo determinado.
NUESTRA TAREA PERSONAL

Como individuos, nuestra principal labor es la de vivir, esa es nuestra tarea personal, la más importante de todas. Se ha dicho que la vida es movilidad y acción, ejemplificada en el crecimiento, reproducción y locomoción; puede ser así en lo que concierne a la vida física, pero para el hombre la vida es mucho más que todo eso. Para el ser humano la vida debe tener un propósito, debe tener una dirección consciente, el movimiento en una misma línea hacia cierto fin. Schopenhauer dijo que la vida es un lenguaje que nos trasmite ciertas verdades. Si estas verdades pudieran comunicársenos en otra forma, la vida consciente no sería entonces necesaria para nosotros.

Si la tarea de vivir es el aprendizaje de ciertas verdades, cabe preguntar cuáles son esas verdades. Nadie puede enumerarlas todas, porque no han sido reveladas en su totalidad. En cada era, en cada época, no obstante, hay quienes están descubriendo más y más sobre el conocimiento de la existencia. Siglos de experiencia le han mostrado al hombre que debe haber cierta preparación para el descubrimiento de tales verdades. La primera de las dos condiciones esenciales para esta preparación es la orientación; esto significa el hecho de lograr encontrarnos a nosotros mismos.
Constituye nuestra relación con el estado de la existencia. Como ha dicho un filósofo, nuestra vida completa pertenece al presente. Esto es todo lo que en realidad poseemos. Tan pronto como podemos darnos cuenta de nuestra existencia, después de nacer, miramos hacia un futuro extenso, a una vida en perspectiva. Al final de esta experiencia consciente miramos hacia atrás, a nuestro largo pasado.
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