enero 07, 2011

CONSCIENCIA

Por Vicente Alcoseri en web Secreto Masónico
Nada de lo que el hombre posee es mas valioso que su propia consciencia y el logro mayor de un ser humano es expandir su nivel de consciencia, y la búsqueda que debe ser constante en el hombre y la mujer es mantener su estado de alerta y de atención. Necesitamos saber mucho acerca de nosotros mismos, acerca de la gente en general y acerca del mecanismo del Universo, para ser capaces de conocer los mecanismos que nos lleven a una claridad de consciencia. Este conocimiento no debe ser muy complejo o definido con palabras rebuscadas; sólo requerimos lo que es NECESARIO para accionar nuestra consciencia interna, y para eso es necesario primero sensibilizarnos de nosotros mismos y poner atención a cada cosa que hacemos y decimos.

La masonería enseña que es posible una actividad superior de la conciencia que conduce a percepciones que solamente están latentes en el hombre y la mujer, y que es necesario despertar ese gran potencial que existe dentro de cada uno de nosotros. La masonería es una manera clara de trascender a nuestras propias limitaciones que nos tienen atados. La masonería no es tanto un sistema de creer por creer, o un cuerpo de doctrinas dogmáticas, la masonería insta a la investigación y a experimentar. La masonería actúa a través de muy diversos medios, y su influencia en el mundo la encontramos en campos tan diversos, como la psicología, la política, la religión, el arte, la antropología, la filosofía entre otras.

Toda la actividad iniciática resulta en la transformación del masón en una nueva y más poderosa entidad dentro de sí mismo. Una entidad real que se alimenta de todo el material que el masón ha extraído de sus búsquedas, lecturas y experiencias, sus conversaciones con otros buscadores y así sucesivamente. La buena calidad del masón, resulta si es que ha tenido la precaución de formarse correctamente, y así de esta manera, atraer hacia sí mismo como un poderoso centro magnético aquello que le auxilie en su desarrollo y de estar en contacto con aquellos de los que puedan aprender las cosas que necesita saber. El éxito de un masón a este respecto depende de su determinación. Una formación defectuosa conduciría a un masón a los pantanos del misticismo falso, llevándolo por caminos sin salida, contactándolo con personas farsantes y filosofías aberrantes. El masón debe construirse un criterio sólido y un poder de discernimiento capaz de encaminarlo hacia metas superiores.

La transformación de un profano en un masón libre no se realiza ni fácil ni rápidamente. Uno se convierte paso a paso en un hombre Luz por una serie de pasos graduales y cada paso entraña sus propios requerimientos. La transformación en un real y autentico masón comienza cuando uno se enfrenta a auto –corregirse, y no cuando intente corregir a los demás, desarrolla así una
conciencia de su muy propia problemática, y entiende qué, corrigiéndose a sí mismo, ayuda mucho a la Orden Masónica y a la Humanidad.